Oskar y yo a los doce años nos parecíamos mucho. La escuela era un purgatorio en el cual se nos castigaba por ser distintos, callados, solitarios, es decir críos poco convencionales. Nada de un grupo de amigos, nada de chicas interesadas en ti, nada de natural belleza que atrajera a los demás. Ante esta sombría infancia, los padres, en general imaginan que un buen beso y un gran abrazo son el mayor consuelo, cuan equivocados están. Oskar, a diferencia mía supo hacer lo correcto. Ensayó a diario su verdadera vocación, la de asesino serial. Dulce era la sangre que iba a derramar al abrir las carnes de cada uno de esos niños grotescamente normales, ahí pararian las humillaciones diarias, la prepotencia de la estulticia infantil.
¿Cómo concretar los impulsos asesinos que bullen en el corazón? Oskar tuvo la fortuna de recibir desde las penumbras un maravilloso regalo, conoció a Elí. Una niña que no era niña, una criatura tan desadaptada como Oskar, una niña de doscientos años, atrozmente convertida en eunuco y que ahora era Elí y ya no Elías, una tierna y a la vez vieja vampira. Oskar descubrió el amor en esa mal trajeada púber, no le importó su monstruosa forma de “sobrevivir” ni su incierto destino. Ella era la representación física de ese insaciable criminal que él no estaba en posibilidades de ser. De alguna manera, Elí en cada uno de sus asesinatos prolongaba su existencia y simultáneamente vengaba a Oskar.
Algunos dicen que Elí vio en Oskar al reemplazo del anciano Hakan, nada más falso. Hakan solamente era la parte más abyecta de esa relación. Él conseguía un lugar donde vivir y se hacía de la sangre para alimentar a Elí – a través de torpes matanzas de jovencitos- , y la vampira como recompensa ofrecía su tierno y frágil cuerpo para saciar al pederasta. En cambio, Oskar y Elí representaban amor del más puro, sin pedir nada, únicamente sabían que se necesitaba uno al otro para protegerse y para estar juntos para siempre.
Oskar se ha hecho de valor y ya ha tomado el tren a Karlstad o en realidad ninguna parte. Lleva junto a él pocas prendas pero muchos recuerdos de los momentos en que todos esos hijos de puta fueron borrados de la faz de la tierra por Elí; pero lo más importante Oskar lleva consigo una caja en donde su nosferatica amiga descansa y espera el caer de la noche para volver a sentir el calor de su amado amigo.
2 comments:
Gran película, buen enfoque del trillado tema y curiosa -pero esperada- comparación con el protagonista, querido amigo.
Un fuerte abrazo!
Daniel U. siempre es bueno saber de ti. Yo he caído en lo mismo de todos, el olvido y el descuido. Pero a pesar de eso te escribiré hoy o mañana. Sobre la película, es increíble lo parecido que es el personaje de Oskar conmigo y si quieres saber más de Martin/Oskar deberías leer el libro que es demoledoramente certero en semejanzas.
Sé que vives muy ocupado, atareado y cargado de múltiples responsabilidades diarias, pero aunque esto te lleve irónicamente a no tener tiempo para TI, me gustaría que leyeras mi blog con más frecuencia y así podría saber que tienes algún tiempo para MI. Por demás está decir que puedes enviar sugerencias, reclamos e incluso airados llamados de atención con respecto a mi sintaxis, ortografía, estilo, música y temas tratados en mi humilde espacio virtual. Tu sabes, el masoquismo me hace sentir vivo.
Por último, si algún día te encuentras con Eli, dile que la recuerdo con cariño. A pesar que nunca se haya animado a convivir conmigo y mi esposa, siempre la tengo presente.
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