Friday, November 26, 2010

El origen del mundo


El erotismo en occidente hace algunas décadas ha perdido su seducción y ha sido reemplazada por la genitalidad expuesta sin ton ni son. Signo de nuestros tiempos, el morbo de entrever y “no ver” al objeto erótico se ha vuelto afición de pocos. De manera reaccionaria podría decir que anhelo esas épocas en que Nietzsche acusaba a la religión de haber envenenado a Eros, añoro la imagen de jóvenes avergonzadas y reprimidas que se sonrojaban al mostrar alguna parte de su cuerpo. Cuanto placer me brindaría poder ser ese personaje sadiano de La Filosofía en el Tocador llamado Dolmancé que oficiaba como perverso educador haciendo polvo –en todo sentido - la moral y los tabúes de inocentes doncellas.

El origen del Mundo de Courbet fechado en 1,866 es un buen ejemplo de lo que me refiero. Courbet era un notable y reconocido pintor, un excéntrico revolucionario social, un anarquista desordenado en su ideario. Además era un borracho sin rehabilitación posible, un obsesivo aficionado a burdeles y un reyezuelo con la corte más marginal de su época.

La historia del famoso cuadro se sospecha que empieza con Joanna Hifferman, una posante de la época, amante del pintor norteamericano James Whisttler y que compartió cama con Courbet. Es de ella ese coño inmortalizado en oleo, es ella quien impúdicamente se abrió de piernas para dar motivo a una de las historias más curiosas de la pintura erótica.

La obra fue un encargo del diplomático y ludópata turco Khalil Bey, se dice que solo algunos privilegiados amigos podían contemplar el cuadro. Khalil Bey cuya pasión por el juego era mayor que por el arte erótico acabó arruinado y vendió el cuadro a un anticuario. Es así que durante los próximos años pasa de mano en mano, ya sea por medio de subastas, por medio de hurtos o por incautaciones nazis y soviéticas, hasta que al fin de la segunda guerra mundial el celebérrimo psicoanalista Jaques Lacan se hace de la pintura y esta vez para ocultarlo la ubica en la parte posterior de una obra surrealista de André Masson.

Hoy, el alguna vez escandaloso lienzo de 46x55 cms. se exhibe sin mucho pudor en el Museo Dorsay de Paris. Las reacciones de las personas van desde una observación digna de un ginecólogo a las risas burlonas y nerviosas

Ersnt Gombrich dijo que este cuadro será por siempre una belleza torpe arruinada por la inhábil mano del hombre, tal vez debamos corregir que Courbet está exento de falta, el problema es -como siempre- la perversa tendencia de nuestra especie en desacralizar y vulgarizar todo lo que nos rodea.

Post Scriptum:
Sería interesante leer el último libro de Thierry Savatier sobre el tema, son alrededor de trescientas páginas siguiendo el recorrido de la famosa obra de Courbet. Para terminar, adiciono un video de una peculiar exibición que tiene como motivo una réplica Del Origen del Mundo en las calles de Santiago de Chile.

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