Tarantino te pone en una difícil situación. En primer lugar a la mayoría de nosotros nos han enseñado los hechos de la segunda guerra mundial, su inicio, su desarrollo y su desenlace. Hacer ficción con su historia y con sus personajes es de por si algo arriesgado, ya que usas elementos sagrados y luego los profanas. Ahora bien, si te das la licencia para tan complicada tarea, debes reflexionar que una cosa es hacerlo con fines meramente de militancia o como parte de una estrategia de confundir para así difuminar sus horrores, pero lo que ha hecho Tarantino es una fábula maravillosa y alucinada de cómo debió ser la caída del tercer reich.
Sí, Adolfo y toda su camarilla debieron ser exterminados en una sala de cine contemplado previamente sobre el ecran las palabras de la cara gigante de esa judía llamada Shoshanna Dreyfus (Melanie Laurent) para ser luego abaleados, cremados, dinamitados. Sí, y no me averguenza celebrar esta poética y salvaje matanza de los nacionalsocialistas y agradezco a Quentin Tarantino que nos haya regalado su película más arriesgada.
Tarantino acertó con la creación de la mayoría de los personajes. Un Brad Pitt que al fin deja de ser solamente un “chico lindo” para interpretar a el teniente Aldo Raine que utiliza la misma brutalidad y crueldad que sus enemigos, Diane Kruger que tiene el papel de un luminaria del cine nazi y que en realidad es una doble agente trabajando con los británicos y complotando fallidamente la masacre en el cine, tarea que finalmente concreta con éxito -a pesar de su muerte- la ya mencionada Melanie Laurent. Pero quien se lleva todos los halagos es la soberbia interpretación de Chistoph Waltz como el Coronel Hans Landa alias “El Caza judíos”, Waltz esencialmente es un actor de televisión austriaco con más de 25 años de carrera y que como se darán cuenta al ver la película es un poliglota notable. Actualmente vive entre Londres y New York.
Si te gusta el cine de Tarantino creo que estarás casi totalmente de acuerdo con lo expuesto anteriormente y sobre todo con lo siguiente. Quentin … ¿no sé si sería mucho pedirte hacer una nueva versión?, otra gran masacre dentro de un cine, esta vez que sea en 3D y para empezar yo sentaría sobre la butaca a ese esperpéntico director llamado James Cameron, a ti Quentin te dejaría escoger a los otros. Eso sí, que la sala quede bien llena.
Post Scriptum : Dos cosas más, Christoph Waltz interpretó a Nietzsche en 1986 en un largometraje alemán llamado Wahnfried, trataré de conseguir el film. Diane Kruger, estudio ballet por muchos años. Siempre me dijeron que los pies de las bailarinas eran bastante desagradables, por lo visto en Inglorious Basterds, Diane es una excepción.
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